La escritora bumanguesa Yolanda Reyes es una dedicada investigadora en pedagogía de la lectura desde la primera infancia, tema sobre el cual ha publicado ensayos, libros y dictado conferencias en seminarios nacionales e internacionales. Ella es la directora y una de las fundadoras de Espantapájaros, jardín taller y librería, donde desarrolla un trabajo especializado en formación literaria con los niños más pequeños. Dirige la colección “Nidos para la Lectura”, de Alfaguara, que ha rescatado, editado y divulgado un conjunto de obras destacadas de la literatura infantil.
Su voz es fuerte y con carácter, habla con mucha propiedad y deja entrever en medio de sus sonrisas, su ternura. Al preguntarle sobre su niñez y la relación de esta con el trabajo al que se dedica hoy día, ya sea como escritora o directora de Espantapájaros, se le escapa un recuerdo. Su infancia se envuelve en una sola voz y es la de su abuela. Una abuela que le leía cuentos traídos de su memoria, de la tradición oral y de unos tesoros que conservó hasta que tomó la decisión de dárselos a Yolanda, ya mayor.
También recuerda las tardes eternas de juego con sus primos y hermanos, en las que habitaban un barco o los libros de la biblioteca de su padre se convertían en camas para sus muñecas. En sus palabras, era la construcción de un mundo imaginario que se iba tomando al mundo real.
Un día su abuela sacó una bolsa de plástico del fondo de su armario y se la entregó. Dentro de esa bolsa se encontraban los cuentos de Calleja, uno de los pioneros en profesionalizar el oficio de editor, las ediciones populares y la difusión de la literatura infantil con énfasis en lo pedagógico. Calleja popularizó no solo la frase “tener más cuento que Calleja” sino otros personajes como el Zafra o don Rodrigo.
Ese gesto que tuvo su abuela fue muy significativo y hoy resguarda esos cuentos como un tesoro. Ella no los manipula mucho porque sus hojas son delgadas y delicadas. Cuando Yolanda era niña, su abuela no solo tenía estos libros sino también una maravillosa voz, con la que compartía historias como la de la de La cucarachita Martínez que cuenta la historia de una cucarachita a la que el Ratón Pérez quería conquistar. Cuando el ratón le preguntaba si se quería casar con él, ella le respondía “eso depende: ¿cómo me enamorarás?”, el Ratón Pérez contestaba, con un suave “bsbsbs” en susurros, y ella quedaba fascinada. Inmediatamente se casaban, pero la historia no tenía final feliz porque unos días luego de la boda, la Cucarachita dejaba al Ratón Pérez revolviendo un sancocho y el pobre se ahogaba entre la olla.
Para Yolanda, la lengua es la fuente de todos los misterios en la infancia y cuando un niño la apropia, es uno de los trabajos más complejos y apasionantes y es por eso que la poesía, la música, las historias de tradición oral, así como las rimas y las canciones de cuna, son el primer acopio no solo poético sino rítmico y sonoro que necesita un niño para poder moverse con familiaridad a través de la lengua.
Yolanda ha publicado más de once libros en los que se encuentran: El terror de sexto B (1994), Los agujeros negros (2000), así como el ensayo La casa imaginaria: lectura y literatura en la primera infancia (2007), entre otros. En este último afirma que los cimientos de la casa del ser humano están puestos en esos primeros años de edad y por eso son tan significativos. Lo que se haga o no en este período, es determinante y permanente en la vida de todos y a pesar de que la teoría y las neurociencias han reconocido esto, hay algo instalado en muchos de los adultos y es la idea que los bebés no entienden. No hay nada más opuesto a esto. Cuando se está junto a un bebé, ellos con sus ojos, como puertas al mundo que los rodea, quieren saberlo todo y justamente están interesados por entender, preguntarse y explorarlo todo.
“Yo creo que hay una gran brecha entre lo que saben las neurociencias, en lo que la investigación y los paradigmas en primera infancia han explorado y aclarado con el lugar común de la infancia como un tiempo en el que hay que hacerles todo a los niños”
Siguiendo la misma línea publica su más reciente libro La poética de la infancia, allí expone que, en la primera infancia, la cuestión del lenguaje y la lectura, se relaciona no solo con la poética sino con la política:
Dice James Heckman, nobel de economía del 2000 que reconoce la primera infancia como la inversión más rentable, que todos los niños nacen con capacidades similares y la primera infancia los discrimina para siempre. Aún falta camino para entender todo lo que converge cuando un niño juega, canta, y lee en la compañía de personas que lo estimulen.
Fiocchi Rosana Andrea says
Buenas tardes!!! con alumnos de primer año de ESB leìmos el cuento «El terror de sexto B» y còmo actividad,entre otras, hicimos que le cambiasen el final.Nos gustarìa hacerte llegar algunos de ellos para que supieses què motivò en ellos la lectura del cuento.
Si te parece , y podès facilitarnos su mail para enviarles el trabajo de los chicos nos gustarìa escribirte.
Muchas gracias!!!!
Noemi says
Porque hacer literatura infantil?