Los juguetes enriquecen la vida de los niños, fortalecen los vínculos afectivos y permiten que el acto de jugar, la forma más innata de expresión de los niños, se materialice: a través del juego y de sus relaciones con los juguetes los niños se aproximan al mundo. Hay juegos y juguetes abiertos cuya forma es dada por la imaginación, pero hay otros que aunque permiten distintas posibilidades de aproximación proponen un camino de juego, sin instrucciones pero sí con alguna propuesta. A continuación recomendamos tres juguetes que por su cosmogonía, material o uso representan otras formas de jugar.
Taptana – Urdimbre
Más conocido como el abanico andino, este objeto es una creación de los indígenas Cañaris de Ecuador y es producido en Pasto, en Nariño, por Urdimbre-juegos. Esta empresa se dedica a fabricar materiales didácticos que permiten un aprendizaje a través del juego, de lo sensorial, lo afectivo y lo comunitario.
La Taptana es una tabla dividida en cuatro hileras y cada una corresponde a las unidades, decenas, centenas y millares. Cada hilera tiene nueve círculos y en ellos se marca la cantidad que corresponda. Este juguete está inspirado en la Chacata, que significa cruz. La Chacata tiene 4 componentes: yachay (conocimiento), atiy (organización), ruray (sostenibilidad), y munay (espiritualidad).
Con la Taptana los niños juegan mientras se acercan al lenguaje de los números y al entendimiento lógico y abstracto, desarrollan las funciones cognitivas y las herramientas que les permite acceder al conocimiento y a la resolución de problemas según sus necesidades. Además invita a que se juegue entre pares o con los cuidadores, lo que permite el fortalecimiento de los vínculos afectivos y una interacción colectiva. Cabe mencionar que el juego hace que los niños se acerquen al símbolo, a las operaciones, a las medidas y volúmenes, así como al reconocimiento de los números como concepto. Las esferas que acompañan la Taptana y el código de color, permiten que el niño pueda clasificar, ordenar, decodificar y desagregar.
La caja verde – Elefanto
Elefanto surgió con la idea de llevarle a los niños el deseo por la investigación y explicarles de dónde provienen las cosas de forma lúdica. Gracias a ese deseo surgieron sus “experimentos-juguetes”, como la huerta y la caja verde.
La huerta y la caja verde viene con un semillero con 16 cavidades, incluye una mezcla de tierra y turba (un sustrato orgánico rico en carbono para la germinación de las plantas), y cuatro cajas con semillas de cilantro, cebolla larga, brócoli y rúgula.
La idea es que los niños descubran los diferentes puntos de germinación de cada fruto, que pongan la tierra, las semillas, las tapen, las rieguen con agua y que vayan viendo el cuidado que cada una necesita para que crezcan a la talla que ellos conocen en los supermercados o cocinas.
Con la huerta y caja verde se despierta la conciencia ecológica y se retorna al origen de los alimentos: “Muchas cosas cotidianas tienen un proceso que no es complicado y es chévere saber cómo se hacen; se trata de que los niños compartan con sus cuidadores un tiempo de mayor calidad, en el que le van a transmitir a esos niños conocimiento”.
Máquina de micro dibujos – Zorro+Conejo
¿Qué personas compran lupas?, ¿los estudiantes?, ¿Sherlock Holmes? A partir del laboratorio Zorro+Conejo, que se lleva a cabo en el espacio público, los creadores de esta iniciativa vieron la necesidad de que otros tipos de elementos u objetos enriquecieran la vida de los niños.
La máquina de micro dibujos nació con la idea de que los niños dibujaran en distintos formatos. Este juguete permite que el niño vea, a través de una lupa, una superficie muy pequeña para representar un «micro dibujo» producto de su imaginación o exploración. Además los invita a pensar en el universo como un sistema más grande en el que se pueda pensar en los zapatos de los ciempiés o en el cerebro de los zancudos.
La máquina de micro dibujos está fabricada en madera y de una forma artesanal. Contiene una lupa, un rollo de papel, un lápiz y, además, está acompañado de un reto de dibujo o sugerencias de uso que permiten que los niños y adultos se inspiren, invitándolos a la observación, así como a crear su propia galería o exposición de micro dibujos.
