Maguaré

Por: Lina Salas Ramírez – Gestora de Comunidades MaguaRED.

La primera vez que vi a Marianita Esquivel fue cuando nos envió una foto y video agradeciendo por el libro de adivinanzas Ábrete grano pequeño, que hace parte de la Colección Leer es mi Cuento y que ganó con nosotros su mamá Alejandra Acuña como parte de un concurso en el que debían compartir una adivinanza que se supieran mencionando a @MaguaRED en Twitter o en nuestra página de Facebook. A partir de ahí, cuando arrancaba la segunda fase de nuestro proyecto y el rediseño de este portal, seguimos viendo a Alejandra participar en todo cuanto era posible, compartirnos contenidos como este bonito dibujo en acrílico, tinta china y acuarela y un video de Mariana en YouTube que nos mostró que el libro que le habíamos regalado no solo estaba siendo leído por ella, sino que lo usaba para compartir con otros niños lo divertido de las adivinanzas y de la lectura en general. ¡Mariana es youtuber! Ha empezado un proyecto maravilloso que nos gustó y sentimos que debemos compartir, el canal familiar Marianita Imaginación, cuya misión es promover los valores familiares, la lectura, el cine y las artes, así como manifestar ideas personales sobre el ser de los niños y lo que necesitan.

Llevan solo dos meses subiendo videos. Mariana pone las ideas y Alejandra les da forma. A veces están solo ellas dos y a veces acompañadas por Mariano, el papá y el más grande apoyo para todas sus ideas creativas. Cuando Marianita da el tema (que suele partir de las experiencias de la semana; las películas que ve, los libros que lee o lo que siente), entre todos se ponen de acuerdo y definen una estructura para el video, sin guion: “primero saludas, luego mencionas al autor, luego cuentas qué libro es el que más te gusta, luego cerramos con un chiste”. La escenografía suele estar compuesta por juguetes de Mariana y siempre es distinta. Pueden durar una hora grabando (con un portátil y fuentes naturales de luz) y otras dos editando con programas gratuitos, música e imágenes de derechos abiertos con Creative Commons.

Esta vez nos vimos por videollamada porque nos separan las latitudes, aunque confieso que me hubiera gustado ver esa chispa en persona. Me conecté con Alejandra y apareció atrás Marianita (literal, de un salto) con un saludo efusivo. Después de los preámbulos obvios empezó la charla y cuando me dirigí a ella para preguntar cuáles eran sus sueños, la bella inocencia contestó por ella: “tengo un deseo, que es poder ver a un hada y poder conocer a Peter Pan”. Luego le pregunté qué quisiera ser cuando adulta y dijo: “Primero pensaba solo en hacer películas pero luego pensé que sería mejor hacer varias cosas y luego me enteré de que sí se podía hacer. Entonces haría varias cosas como cocinera, ‘vendepelículas’ (para vender Y HACER películas)”. Su director favorito es Hayao Miyazaki, y otro de sus sueños es poder ver a un Totoro.

La lectura se le nota a Mariana, y cuando hablo de leer me refiero a los libros, las películas, las historias, la gente, los espacios, el arte; parece tener ‘mucho mundo’ aún cuando tiene ocho años. Esto no se trata solo de un ser especial; hay mucho amor y tiempo puesto en ella, muchas letras, muchas perspectivas del mundo, mucha inspiración… mucha Imaginación, por supuesto.

La idea del canal surgió cuando Alejandra estaba haciendo unos tutoriales en video y Mariana se antojó. Algunas referencias tenía ya con Ross Draws, su mayor referente como youtuber y de quien toma la idea del humor para dirigirse a su público. También sigue canales institucionales como Señal Colombia y el Museo del Prado, y editoriales como Planeta, Juventud y Vincent Vives.

Por el momento tienen 46 suscriptores (y aumentando) entre los que se cuentan padres interesados en encontrar en la web contenidos culturales para sus niños, ¡como nosotros! Ya atravesaron los círculos cercanos de amigos y familiares y cada día llega alguien nuevo a manifestar su cariño y gratitud por lo compartido en los videos. Este sobre Anthony Brown, por ejemplo, surgió después de visitar la biblioteca pública cercana a casa y encontrar algunos títulos nuevos del escritor; les gustaron todos y entonces decidieron hablar de él en general. En los comentarios se ven padres compartiendo lo que sus hijos disfrutan, lo que se convierte en un interesante intercambio de títulos y experiencias para los niños.

En esas se la pasa Marianita. Entre sus proyectos independientes, las clases de teatro, la biblioteca, los eventos culturales y la escuela en casa. ¿En casa? Pues yo también me llevé la sorpresa. Sus papás decidieron seguir esta corriente de educación y mientras Mariano da clases en universidades, Alejandra le da clases a Mariana en el hogar que los tres comparten. No es profesora, pero todo parece apuntar a que enseña muy bien. Le pregunté al respecto y me contó que tras tomar la decisión de no enviarla a una escuela formal, se propusieron diseñar su propio plan de estudios usando el material que proporciona el Ministerio de Educación, como currículos y cuadernos de actividades, y material adicional como series educativas en YouTube (con Érase una vez… el hombre aprenden historia, por ejemplo). Procuran seguir las metas que indica la institución de acuerdo con la edad de los niños pero al ritmo que Mariana requiere. Pese a la posibilidad de ir más lento, si se necesitara, a Mariana le encanta aprender, por lo que Alejandra manifiesta haber comprobado en ella avances excepcionales que la llevan a superar por lejos algunas metas para el grado que debería estar aprobando. ¿Y la socialización? No pude evitar interpelar, porque supuse que sería lo primero que se preguntarían nuestros lectores: “Hemos logrado que sea una persona bastante alegre y segura. Mariana se lleva bien con grandes y pequeños; se conecta muy bien con los niños y así mismo se comunica con un adulto sin ninguna pena, aunque conoce los límites y entiende que con los adultos no puede jugar de la misma manera que lo hace con personas de su edad”.
– “Ay, tú sabes que a mí me parece un poco extraño que los adultos no sean así como que también jueguen. Nonono. Eso me parece un poco injusto”, le interrumpió Mariana, muy acertada 😉

Mariana es un ejemplo de una primera infancia pensada para potenciar su desarrollo. De cero a seis años ya se daban estos encuentros con las artes y la cultura, y más allá de las decisiones que se refieren a su formación académica y que consideramos válidas todas según la elección de cada familia, lo que nos encanta en MaguaRED es la dedicación y el amor que los adultos que la rodean le ponen a sus descubrimientos, que por supuesto terminan siendo también grandes hallazgos para los guías en su labor y en su vida personal. “Mi trabajo a este punto es solo motivarla. Ella se ha vuelto muy independiente y trabaja en los proyectos que le interesan. Yo voy a su ritmo y entonces si veo que puede hacer más cosas, lo hacemos. Cumplimos algunos horarios para enseñarle disciplina, entonces tenemos momentos para comer, para jugar, para trabajar”.

En las clases de teatro interactúa con otros niños y además adquiere habilidades que se van evidenciando en cada nuevo video. En la biblioteca descubre historias que potencian otros proyectos, como el último libro de Tintín que se propuso ilustrar y finalizar usando algunas ideas propias apoyadas en los bocetos que dejó Georges Remi (Hergé) tras su muerte.

“Para que a un niño le guste la lectura tiene que vivir en un ambiente en el que guste la lectura. Si a papá y a mamá les gusta leer; si le leen, si lo llevan a la biblioteca, si en la biblioteca lo invitan a realizar actividades divertidas alrededor de la lectura y si todo está dispuesto para que él o ella lo disfrute, leer será asociado con todo eso positivo y entonces una de sus actividades favoritas”, dice la mamá. Y aquí donde parece dicho todo y nos sentimos motivados a emprender proyectos creativos con nuestros niños le hago la pregunta cliché para cerrar: ¿Qué le dirías a los papás de nuestra comunidad, en relación con esta experiencia que hemos compartido? La respuesta de Alejandra fue de esas verdades obvias que deseamos lleguen a todas las familias habidas y por haber: “Mariana ha sido para mí la enseñanza de que si queremos que el mundo sea un lugar mejor debemos cuidar con mucho amor a nuestros hijos, porque las cosas se deben hacer bien desde el principio. Es muy difícil cambiar a un adulto que ha sufrido mucho, o que no ha recibido suficiente amor, o que no recibió el apoyo que necesitaba de sus padres cuando era pequeño. Para que el mundo sea mejor debemos empezar por nuestros hijos”.

¿Qué te hizo pensar y sentir esta historia? ¡Gracias por leernos!

Aquí puedes ver una lista de reproducción con todos los videos del canal: