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¿Cómo hacer un sonajero con materiales reciclables? – Tutorial

23 junio, 2018 by webadmin Leave a Comment

Los sonajeros o los ¿Cómo suena? permiten, a través del juego, que los niños reconozcan los sonidos de la naturaleza y que perciban los entornos que los rodean. Esta es una herramienta pedagógica sencilla de crear entre los niños y los adultos y, además, para su construcción se pueden usar materiales reciclables de cualquier tipo –todo depende de la imaginación.

aeioTU – Fundación Carrulla, en alianza con Alpina, diseñó este tutorial para crear un sonajero con materiales reciclables. MaguaRED comparte esta herramienta:

Sonajero - Resultado final — Sonajero – Resultado final

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3 juguetes para explorar, descubrir e imaginar

22 junio, 2018 by Periodista MaguaRED 2 Comments

Los juguetes enriquecen la vida de los niños, fortalecen los vínculos afectivos y permiten que el acto de jugar, la forma más innata de expresión de los niños, se materialice: a través del juego y de sus relaciones con los juguetes los niños se aproximan al mundo. Hay juegos y juguetes abiertos cuya forma es dada por la imaginación, pero hay otros que aunque permiten distintas posibilidades de aproximación proponen un camino de juego, sin instrucciones pero sí con alguna propuesta. A continuación recomendamos tres juguetes que por su cosmogonía, material o uso representan otras formas de jugar.

Taptana – Urdimbre

Más conocido como el abanico andino, este objeto es una creación de los indígenas Cañaris de Ecuador y es producido en Pasto, en Nariño, por Urdimbre-juegos. Esta empresa se dedica a fabricar materiales didácticos que permiten un aprendizaje a través del juego, de lo sensorial, lo afectivo y lo comunitario.

La Taptana es una tabla dividida en cuatro hileras y cada una corresponde a las unidades, decenas, centenas y millares. Cada hilera tiene nueve círculos y en ellos se marca la cantidad que corresponda. Este juguete está inspirado en la Chacata, que significa cruz. La Chacata tiene 4 componentes: yachay (conocimiento), atiy (organización), ruray (sostenibilidad), y munay (espiritualidad).

Con la Taptana los niños juegan mientras se acercan al lenguaje de los números y al entendimiento lógico y abstracto, desarrollan las funciones cognitivas y las herramientas que les permite acceder al conocimiento y a la resolución de problemas según sus necesidades. Además invita a que se juegue entre pares o con los cuidadores, lo que permite el fortalecimiento de los vínculos afectivos y una interacción colectiva. Cabe mencionar que el juego hace que los niños se acerquen al símbolo, a las operaciones, a las medidas y volúmenes, así como al reconocimiento de los números como concepto. Las esferas que acompañan la Taptana y el código de color, permiten que el niño pueda clasificar, ordenar, decodificar y desagregar.

Nuestra propuesta se aleja del sistema tradicional donde los contenidos académicos son el centro: la herramienta es el juego; lo más serio que un niño hace es jugar. El juego se ha desperdiciado en el sistema educativo y se ha relegado a algo sin importancia. Pero el juego tiene un potencial de aprendizaje, es lo que le permite encontrarle significado a las cosas y a las transformacionescuenta Liliana Bolaños, directora de Urdimbre-juegos.

La caja verde – Elefanto

Elefanto surgió con la idea de llevarle a los niños el deseo por la investigación y explicarles de dónde provienen las cosas de forma lúdica. Gracias a ese deseo surgieron sus “experimentos-juguetes”, como la huerta y la caja verde.

La huerta y la caja verde viene con un semillero con 16 cavidades, incluye una mezcla de tierra y turba (un sustrato orgánico rico en carbono para la germinación de las plantas), y cuatro cajas con semillas de cilantro, cebolla larga, brócoli y rúgula.

La idea es que los niños descubran los diferentes puntos de germinación de cada fruto, que pongan la tierra, las semillas, las tapen, las rieguen con agua y que vayan viendo el cuidado que cada una necesita para que crezcan a la talla que ellos conocen en los supermercados o cocinas.

Con la huerta y caja verde se despierta la conciencia ecológica y se retorna al origen de los alimentos: “Muchas cosas cotidianas tienen un proceso que no es complicado y es chévere saber cómo se hacen; se trata de que los niños compartan con sus cuidadores un tiempo de mayor calidad, en el que le van a transmitir a esos niños conocimiento”.

Máquina de micro dibujos – Zorro+Conejo

¿Qué personas compran lupas?, ¿los estudiantes?, ¿Sherlock Holmes? A partir del laboratorio Zorro+Conejo, que se lleva a cabo en el espacio público, los creadores de esta iniciativa vieron la necesidad de que otros tipos de elementos u objetos enriquecieran la vida de los niños.

La máquina de micro dibujos nació con la idea de que los niños dibujaran en distintos formatos. Este juguete permite que el niño vea, a través de una lupa, una superficie muy pequeña para representar un «micro dibujo» producto de su imaginación o exploración. Además los invita a pensar en el universo como un sistema más grande en el que se pueda pensar en los zapatos de los ciempiés o en el cerebro de los zancudos.

La máquina de micro dibujos está fabricada en madera y de una forma artesanal. Contiene una lupa, un rollo de papel, un lápiz y, además, está acompañado de un reto de dibujo o sugerencias de uso que permiten que los niños y adultos se inspiren, invitándolos a la observación, así como a crear su propia galería o exposición de micro dibujos.

A los niños les gusta mucho las lupas para jugar y explorar. El juguete facilita que el niño cree, imagine e interprete de distintas formas, no lo sesga, es libre al momento de usarlo y de crear con él; está hecho para todos y fortalece el vínculo entre el niño y su cuidador. Aporta al proceso creativo, dinamiza y le permite al niño encontrarse con otros lenguajes, así como con su identidad estéticadice Alejandra Forero, artista y cofundadora de Zorro+Conejo.

¿Cómo hacer un ábaco con materiales reciclables? – Tutorial

20 junio, 2018 by webadmin Leave a Comment

Los ábacos permiten que los niños se relacionen con los números, las cantidades, sus simbolismos y la cardinalidad –o sea, ayudan a entender el número de elementos de un conjunto. Sin duda, son una herramienta para que los niños fortalezcan el pensamiento matemático, imaginen y jueguen. Ahora, ¿qué tal si el ábaco, además de ser un instrumento para que los niños cuenten, también es una excusa para construir, armar, desarmar y reciclar con la compañía de sus padres, maestros o cuidadores?

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Una mirada al juguete y al juego desde 5 pedagogías

19 junio, 2018 by Periodista MaguaRED 2 Comments

Para varias pedagogías de la primera infancia el juego y las expresiones artísticas son el lenguaje de los niños. El objeto dinamizador de estas prácticas, en gran medida, son los juguetes: desde los industrializados de pasta y plástico hasta la misma imaginación o cualquier objeto: un palo de madera, una hoja o una montaña. El concepto de juguete puede ser tan amplio como el juego mismo.

A continuación compartimos cuatro miradas, a partir de cuatro pedagogías distintas, de la importancia del juego y los juguetes en la niñez.

Reggio Emilia

La pedagogía Reggio Emilia considera al niño una persona con capacidades, potencialidades, curiosidad e interés en construir su propio aprendizaje. En ese sentido el juego es esencial: el niño adquiere conocimientos a través del juego por placer, movido por la curiosidad o la imaginación.

En esta pedagogía los juguetes y el desarrollo del juego están mediados por la construcciones de ambientes que inviten a los niños a explorar; para ellos el ambiente es el tercer maestro y a través de “provocaciones” los niños reflexionan, investigan y conocen su entorno. Habilitar zonas o rincones con alfombras, troncos o algunos cojines es una de las posibilidades de invitar al juego. Así mismo, para esta pedagogía los materiales naturales en las manos de los niños son juguetes porque se convierten en objetos con infinitas oportunidades: una semilla puede ser un carro, una hoja una casa, un tronco un castillo, así como otras opciones más, lo que permite que el niño esté continuamente imaginando y creando. Gracias a estos materiales ellos podrán percibir, mediante los sentidos, la naturaleza: las plantas, la madera o el agua.

Exploración asistida

La noción de exploración asistida es la identidad educativa y pedagógica del Centro de Expresión Artística Mafalda. Maritza Díaz, antropóloga y cofundadora del centro, emprendió la formulación de una propuesta de educación inicial basada en el juego y el arte como alternativas para la libertad. Para la exploración asistida los docentes pasan a ser sujetos culturales dinamizadores de los procesos de los niños y los asisten, creando una relación dialógica. Para ellos la experiencia exploradora del niño es asistida por la pregunta ¿qué es la que dinamiza la construcción del conocimiento? Se plantea como principio que los niños poseen la capacidad de formularse inquietudes y responder preguntas exploradoras como camino de comprensión a sus interacciones con el entorno.

En esta pedagogía el juego cumple un papel esencial porque se convierte en el lenguaje propio activador de la creatividad; además de permitir que el niño se divierta, provoca que la mente esté dispuesta a la imaginación, a la expresión libre, a la transformación y creación de realidades diferentes. El espacio debe ofrecer oportunidades para la creación espontánea y un celular sin pila, un teléfono viejo, artefactos en desuso, palos, tubos de cartón –materiales que se pueden mover, amontonar, agrupar, alinear…– son los mejores juguetes para que la creación de los niños se potencie. Para ellos lo más importante es que los materiales no tengan una sola dirección de uso y que ellos, de un momento a otro, se conviertan en otra cosa, en otro juguete, que tenga otro propósito, que se pueda utilizar de cualquier forma.

Pedagogía Waldorf

La educación Waldorf proviene de las enseñanzas e investigaciones de Rudolf Steiner, quien a principios del siglo XX desarrolló una pedagogía pionera en el área del aprendizaje basado en el desarrollo apropiado a cada edad y la comprensión del desarrollo evolutivo en los niños. En el primer septenio de vida (de los 0 a los 7 años), según esta pedagogía, los niños son grandes experimentadores y tienen muy buena capacidad de imitación. Para la pedagogía Waldorf todos los juguetes deben estar dirigidos a transmitir experiencias sobre la naturaleza, la tierra, sus elementos y las creaciones humanas. Es decir, los juguetes deben proporcionar vivencias en el consciente del niño de manera que en el futuro éste pueda relacionarlas con conceptos y por tanto desarrollar sus capacidades intelectuales.

Un ejemplo para explicar lo anterior es la rueda: existen objetos con cuatro ruedas que se llaman coches. Las hay de madera, de goma, metálicas… Algunas giran fácilmente, otras no tanto, pero todas dan vueltas. Hay ruedas que giran solas porque están en un plano inclinado, otras las tenemos que empujar. Si el niño acumula con el juego experiencias sobre lo que es la rueda, entonces podrá llevar a la consciencia –fácilmente– los fenómenos que más tarde aprenderá sobre física o geometría y transformarlos en conceptos. Para esta pedagogía es importante que el contenido del juego infantil hasta los siete años consista en conocer su medio a través de toda una serie de vivencias repetidas. Por eso, para ellos, los juguetes no se denominan juguetes, sino elementos de juego, que van a estimular la actividad creativa y sensorial del niño: el tacto, el movimiento, el equilibrio, etc.

Montessori

La pedagogía de María Montessori está basada en tres elementos claves: un maestro preparado, un medio preparado y, tercero, materiales específicos que atienden a los periodos sensibles del niño y a la mente absorbente con que los niños se introducen a la cultura. Los materiales específicos o juguetes deben ser de madera, tela, vidrio, objetos que están calibrados de manera estricta y en proporciones exactas en tamaño y peso para darle una noción determinada al niño que aporte a la educación sensorial, al lenguaje, las matemáticas y a la vida diaria –esta vida diaria, relacionada con la cotidianidad, introduce al niño en las tareas del día a día. El desarrollo motor, por ejemplo, no se enseña por medio de guías o fotocopias, sino que se interioriza con tareas como servir agua en un vaso, lustrar zapatos, o exprimir una naranja.

En Montessori el juego es el trabajo de los niños y, por ejemplo, no se juega rompecabezas, sino que se trabaja en el rompecabezas. Cada material Montessori está diseñado para que el niño adquiera unas habilidades concretas basados en la realidad y nunca en la fantasía; el objetivo es que los niños comprendan un concepto concreto: no son para mantenerlos entretenidos.

Pedagogía Pikler

Emmi Pikler fue una pediatra húngara que dedicó su vida a investigar sobre el papel del adulto en el desarrollo motor de los niños. Sobre esa base creó un sistema educativo basado en el aprendizaje autónomo de los niños sin la intervención de los adultos. Según esta pedagogía los niños aprenden a sentarse, moverse y a caminar sin necesidad de incitarlos a hacerlo. De este modo, a través de la libertad de movimiento, espacio y con ropa cómoda, el niño irá superando cada etapa de desarrollo cuando esté preparado para ello. Según la pedagogía Pikler los juguetes deben ser elementos al alcance los niños para que puedan investigar y crear.

No recomiendan utilizar andadores porque obligan a los niños a utilizar la cadera cuando aún no está preparada; tampoco recomiendan alfombras electrónicas de juego porque son demasiados estímulos que impiden centrarse en lo que les interesa, y están en contra del uso de superficies blandas. La pedagogía invita a crear un cesto de tesoros con objetos distintos objetos: piñas, piedras, conchas, madera, algo de metal, papel o cartón, un objeto de vidrio resistente, así como diferentes tejidos para que los niños puedan observar, tocar, agitar y tirar objetos que les brinden información y les permitan descubrir sonidos, sabores y texturas.

¿Cómo hacer un microscopio con materiales reciclables? – Tutorial

16 junio, 2018 by webadmin Leave a Comment

Los microscopios permiten ver el mundo con otros ojos. Gracias al microscopio los detalles de las texturas, las formas y los colores de los objetos son una ventana para explorar la inmensidad y diversidad de nuestros entornos. Sin duda, son una herramienta para que los niños descubran, imaginen y jueguen. Ahora, ¿qué tal si el microscopio, además de ser un instrumento de observación para los niños, también es una excusa para construir, armar, desarmar y reciclar con la compañía de los padres, maestros o cuidadores?

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Choiba, las muñecas negras de Quibdó

14 junio, 2018 by Periodista MaguaRED 2 Comments

Hace 20 años cuatro mujeres desplazadas por la violencia empezaron a fabricar muñecas de tela en un campamento para desplazados en Quibdó; una voluntaria alemana les enseñó cómo hacerlas: cómo tejer, cómo unir las partes, qué materiales usar. Después de muchos años de trabajo estas mujeres, unidas y bajo el nombre de Choiba, encontraron en la elaboración de muñecas la oportunidad de compartir entre ellas, de desahogarse y de transmitir su cultura a todos los niños.

Todas las semanas en una casa de Quibdó se reúnen siete mujeres y un hombre para tejer las muñecas negras en punto en cruz, forma popular de bordado en la que se usan puntadas que quedan en forma de equis. Las muñecas de Choiba tienen camisetas y zapatos tejidos en croché, ojos saltones, boca roja, faldas coloridas, collares, aretes, chaquiras o pañoletas en el pelo.

Cuando yo me desplacé, me desplacé con el compañero y mi hija. Vivíamos en Río Sucio (Chocó) cuando aparecieron los paramilitares a amenazarnos. La mayoría cogimos para Quibdó y fue muy duro, mucha discriminación; para unos éramos desplazados y para otros guerrilleroscuenta Edelmira Robledo Moya, quien lleva 18 años con Choiba

El pelo de las muñecas es en oveja virgen y son cosidas a mano; su pelo es tan moldeable que puede decorarse, mimarse y peinarse con chaquiras, pañoletas de colores, moñas y cauchitos. Las muñecas son de tela, tipo franela, material que no se consigue fácilmente en Quibdó –como cuenta Edelmira: una señora les hace el favor de conseguir el material en Bogotá y de enviárselos; por eso, cuando hay poco material elaboran mínimo dos muñecas al mes, pero cuando tienen los insumos, llegan a hacer 50.

Las muñecas son muy populares entre las niñas y, afirma Edelmira, las escogen porque se parecen a ellas: con su pelo “quieto”, como ella misma se refiere, su color negro y sus pintas muy propias de la región: faldas de flores, con puntos o formas geométricas de colores. Los muñecos, por su parte, usan guayabera y pantalón de colores y su pelo también puede ser peinado o rapado.

«Como somos de acá del Chocó y acá todos somos negros hacemos estas muñecas para distinguirlas de las muñecas de afuera, de las muñecas de pasta… Para recordar nuestras raíces. Por ejemplo, cuando yo tenía 3 o 4 años mi mamá me cosió una muy parecida de trapo y con eso era que yo jugaba, confiesa Edelmira.

El mayor comprador y distribuidor de muñecos de Choiba es James Rodríguez –el vendedor, no el futbolista–, quien tiene un punto de artesanías en el aeropuerto de Quibdó: Artes del Pacífico. Allí, gracias a las mujeres creadoras de Choiba, demuestra que, como dice Mary Grueso, en La muñeca negra, lo negro es sinónimo, también, de belleza:

“Pero mamá… Yo quiero una muñeca, que sea de mi color, que tenga los ojos de chocolate y la piel como un carbón”.

Como concluye Betty Osorio en su texto La narrativa de Mary Grueso Romero: poéticas y políticas de la identidad étnica del Pacífico colombiano, “las estéticas y éticas de lo negro son producidas localmente y por ello logran su objetivo: dan sentido a nivel personal y demuestran la agencia de conocimientos y recursos propios, son expresiones de procesos del Litoral Pacífico que invierten la noción de sus habitantes como incapaces de tomar las riendas de su propio destino. Al enfrentar fuerzas globalizadas, los conocimientos y las éticas y estéticas locales son tomadas en cuenta como conocimientos indispensables para mantener saludables tanto los territorios culturales como ecológicos”.

La muñecas de Choiba son la representación de ese trabajo local, pero, además, la representación de una cultura, sus tradiciones, su estética y, claro, de la transmisión de esa información –esos recursos– hacia los niños a través del juego.

La clara y obscura