Como parte de nuestro especial dedicado a las niñas y a las mujeres que alguna vez lo fueron, recomendamos una investigación disponible para descarga aquí que indaga sobre la forma en que la evolución de la moda en los últimos 20 años y su uso en relación con la figura infantil ha influido en la erotización anticipada del cuerpo de las niñas.
Un fenómeno que preocupa a muchos, del que se habla con frecuencia en ambientes académicos, conversaciones informales y hasta en redes sociales, cuyo impacto creciente es evidente en entornos urbanos y rurales, que afecta los procesos de construcción de la subjetividad de las niñas, que es factor determinante en la formación de imaginarios de todos los niños y que se asocia con problemáticas sociales de gran complejidad en etapas posteriores de la vida.
Este proyecto de investigación del docente e investigador argentino Esteban Maioli, explora aspectos sociológicos, filosóficos, históricos y de género sobre la moda, esa costumbre humana de establecer condiciones sociales para la presentación de los cuerpos, ese acuerdo tácito de las colectividades sobre lo que resulta deseable “mostrar” o “cubrir” con la indumentaria.
La moda resulta inseparable de su consumo y las ideas de éxito, felicidad y autorrealización que surgen de nuestra exposición a sus “tendencias”, suelen obligar a los cuerpos a sujetarse a las normas que impone su tiranía a través de la publicidad. Los anuncios de ropa apelan a “estereotipos socialmente construidos, que constriñen a aquellos que son destinatarios de tales mensajes a considerar de qué modo debe ser un hombre o mujer que recupere los valores centrales de esa sociedad”.
Pero no se debe olvidar que todo estereotipo tiende a ser simplificación de la realidad y esa “mujer exitosa”, esa “mujer sexi”, esa «mujer joven», esa «mujer siempre dispuesta” que puebla los componentes comerciales que circulan por pantallas y páginas de los medios de comunicación no son ni una mínima parte de las formas de ser mujer que se manifiestan a diario y que componen la diversidad social de cualquier comunidad.
“…los modelos de mujer mostrados e impuestos por los medios de comunicación y la publicidad como “la mujer”, son incorporados por las niñas sin mediaciones que modifiquen tal estereotipo. Ser linda es tener un cuerpo muy delgado, pero al mismo tiempo con curvas abundantes, lo cuál, por otro lado, es muy difícil de alcanzar para gran parte de las mujeres. Las representaciones acerca de la belleza femenina que las niñas han incorporado, por inalcanzables, parecen destinados a llevarlas a la frustración y al disgusto con respecto al propio cuerpo”.
Maioli también explora la idea de la corporalidad. La relación con la moda revela la concepción del propio cuerpo, de la forma en que construimos “máscaras” o “fachadas” para ofrecer la imagen que nos interesa que los demás perciban sobre nosotros mismos. Somos actores que representamos ante los demás el concepto que nos hemos formado de nosotros mismos, el “yo” que quisiéramos ser y que empezamos a modelar en la infancia.
“La ropa, más allá de ser linda o fea, “se usa o no se usa”. Parece quedar poco espacio para la libertad de elección, para la creación libre de la propia imagen. Si la moda es un lenguaje, una forma de mostrarse y decir quiénes somos, ¿qué pasa cuándo solo “lo que está de moda” es el criterio para la elección?”.
Los testimonios de Milagros, Clara, Rosina, Lara, Celeste, María Fernanda, Daiana, Ludmila y Marina, entre otras niñas argentinas de entre 6 y 12 años de edad, y las entrevistas que sus madres concedieron, son la columna vertebral de esta interesante investigación que los invitamos a leer, para reflexionar un poco sobre la forma en que las tendencias de la moda están influyendo en las vidas y los cuerpos de las niñas.
¿Qué opiniones tienen ustedes sobre la relación de las niñas con la moda? Conversemos sobre el tema aquí abajo, en los comentarios.
[author] [author_image timthumb=’on’]http://nuevo.maguared.gov.co/wp-content/uploads/2017/10/Esteban-Maioli.jpg[/author_image] [author_info]Esteban Patricio Ezequiel Maioli se graduó con honores de la Licenciatura en Ciencia Política de la Universidad de Buenos Aires en el año 2000, volvió a graduarse con honores en 2005 de la Licenciatura en Sociología de esa misma universidad. Tiene un magister en Ciencias Sociales con mención en Ciencia Política y Sociología de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Argentina y es Doctor en Ciencias Sociales de esa misma facultad.[/author_info] [/author]
Aburrida de su trabajo en la productora, decidió renunciar y junto a Carlos Millán que se encontraba en España, decidieron volver a trabajar de la mano, en un momento en que los dos se encontraban desempleados y con problemas de dinero. En ese intercambio de ideas a distancia, nació «el Show de perico», cuya primera versión consistía en la historia de un huevo presentador que le hablaba a todo un gallinero mientras una mano humana intervenía para sacar las gallinas para el sancocho. Guardaron el Show de perico en un cajón y decidieron apostarle todo a una convocatoria de Señal Colombia cuyo enfoque era hacer un noticiero o magazine para niños. Sin empleo ni dinero en los bolsillos, decidieron endeudarse para hacer el piloto y presentarse. Ganaron la convocatoria y pudieron sacar al aire un notizin, porque no era noticiero ni magazine, llamado «Kikirikí».
Parte de esa aproximación al mundo musical es entregar música, entregar sonoridad desde el verbo, la conversación, el saludo, la poesía, el canto, y desde el cuento, generando una alianza con lo que se oye y con lo que el cuerpo va sintiendo, con lo que se oye, que es el movimiento en todas sus dimensiones.
“Mi hija lleva bailando seis años. Empezó cuando tenía cinco y ahora tiene once. Cuando llega la fundación al barrio, ella descubre que le encanta la danza. Ella se come el escenario. A mí me da más miedo a veces que a ella. Me encanta que se sienta así. Yo fui bailarina pero no se dieron las cosas. Cuando ella veía mis fotos, ella me preguntaba. La danza a ella la ha ayudado muchísimo. Es una forma de expresar lo que ella siente. Ella me dice que es una artista profesional. Como somos de escasos recursos se hizo de todo. Empanadas, pasteles, y hasta hubo padrinos que aportaron para la compra de los tiquetes”