Maguared

En MaguaRED estamos siempre atentos a destacar aquellas experiencias que acompañan a los niños en el disfrute de su cultura. En esa búsqueda hemos conocido proyectos y personas que tienen como misión principal propiciar espacios de descubrimiento en ellos, de contacto con las artes y con su patrimonio.

Hace algunos días publicamos este artículo acerca de la radio infantil con el que pudimos percibir un poco de nostalgia en la comunidad frente a la extinción —en 2013— de Colorín ColorRadio, la única emisora para niños que hemos tenido en Colombia. Es por eso que sentimos una inmensa alegría cuando nos hablaron de un programa de radio producido en Pasto a través del cual los niños colombianos tiene de nuevo la posibilidad de llevar su voz a los micrófonos:

Conversamos con Lorena Garzón, creadora y directora del programa Tardes infantiles, y esto fue lo que nos contó:

¿Hubo algún detonante o algún referente que los inspirara a crear el programa?

Un día el señor gerente de La voz del Galeras, Ángel Felipe Chávez, se puso a canalear entre las emisoras y se dio cuenta de algo muy triste, aunque teníamos un programa musical para los papás y mamás, ¡no había ni un solo espacio para los niños! Entonces vio evidente la necesidad de crear un programa dirigido a ellos y a su cabeza llegó como la aliada ideal “Chispita”, una chica que andaba siempre brincando y cantando por toda la emisora y que se llamaba Lorena Garzón, la llamó, le hizo la propuesta y ella ni lo pensó, dijo sí inmediatamente.

¿Cómo fue el proceso de llevarlo a cabo?

Resultó que cuando yo salí de la oficina iba más feliz que niño terminando el año con todas las materias aprobadas, y cuando iba al primer piso tuve el mismo miedo que se siente cuando empiezas una materia completamente nueva. Me pregunté ¿y cómo lo hago? Llegué a mi casa, saqué cuaderno y lápiz y me puse a escribir todas las ideas sobre lo que iba a hacer. Las tareas hechas con amor dan las mejores notas, así que ya armado el programa empezó una carrera de desafíos muy retadora y satisfactoria:

Desafío 1: la soledad

Imagínate tener que hacer un examen de 20 preguntas en un minuto, ¡difícil! Pues a nosotros nos pasó algo similar. El programa empezó y a los niños les encantó; fue un amor a primera oreja. Llamaban por montones y yo estaba solita para atender todas las necesidades del programa. Sin embargo, por los mismos valores que rigieron el proyecto desde sus inicios, pensé en llamar a mis amigos que más amaran a los niños y las niñas y proponerles formar un equipo. Las personas han llegado y se han marchado, pero siempre han estado los que quieren hacerlo, trabajar por los niños y tratar con todo el amor del mundo a los niños que llaman y escriben a las Tardes Infantiles.

Desafío 2: ¿Quién nos apoya?

Teníamos el apoyo del gerente, claro, pero la radio cuesta y no teníamos patrocinadores. Estábamos preocupados pero seguíamos trabajando con todas las ganas. Así que algunos pocos fueron apareciendo esporádicamente y nos daban esperanzas para no morir en el camino. En diciembre del 2015 nos llegó una carta muy importante que decía “Tardes Infantiles de Todelar, nominado a mejor programa infantil del departamento de Nariño”. ¡Saltamos, gritamos, nos emocionamos, lloramos! y luego pensamos ¿será que ganamos? Pero eso no importaba, era valioso que ya nos tenían en mente y fue mucho mejor cuando recibimos el galardón; estábamos más felices que niño jugando en la lluvia y afortunadamente eso fue un detonante para que otros patrocinadores se acercaran y hasta hoy ayudan a que el espacio se mantenga. Quisiéramos hacer muchas más cosas y aún no hemos logrado el punto ideal de patrocinio, pero los esfuerzos continúan y a medida que podamos hacer conocido nuestro proyecto más personas podrán interesarse. Nosotros seguimos trabajando con amor y el programa sigue llegando a tantos niños felices de escucharlo.

¿Cómo fue esa primera emisión? ¿Cuál es la estructura o las secciones del programa?

Si seguimos con las metáforas les digo que fue como un examen de la materia más difícil; llené como 40 hojas de un cuaderno por lado y lado con todo lo que quería hacer, ese día sentía que tenía una cita con alguien muy importante y hasta me eché perfume de lo emocionada que estaba. Luego recordé que la radio no transmite olores. Iba tan inquieta y contenta que dejé el cuaderno en casa. – Risas –

El resultado del primer programa fue como abrir un regalo y encontrar adentro lo que esperabas: maravilloso. Desde la primera emisión los niños llamaron, pidieron canciones, hablaron tan normal que no parecía la primera vez, parecía de toda la vida.

¿Y cómo funcionamos? Cada día proponemos un nuevo tema. El programa inicia, saludamos y enseguida damos paso a las llamadas de los niños y padres en las que hablamos sobre lo que planteamos (y en algunos casos sobre lo que ellos proponen de forma autónoma) además participan por premios y piden las canciones que quieren escuchar. La única regla para estas complacencias musicales es que lo que se pida sea música infantil. Pensamos que los niños no necesariamente comprenden los significados en las canciones para adultos y que este choque prematuro los aleja de los procesos naturales de su infancia. Desde ese primer día la participación ha sido valiosa y significativa. Por ejemplo, una vez en día de la madre recibimos casi 250 llamadas en 2 horas y media que dura el programa… ¿cómo lo hicimos? Contestamos llamadas solo por interno a las 2 líneas habilitadas y mandábamos el saludo al aire. Fue el programa más duro que hicimos pero el más bello: saludamos a 250 mamitas de parte de sus hijos e hicimos de la radio otro espacio para encontrarlos.

¿Cómo participan los niños en el programa?

Los niños nos llaman a los teléfonos o nos escriben vía Facebook. Además nos visitan a veces y, en definitiva, ellos son los dueños del programa. En ocasiones incluso nos regañan al aire; sobre todo cuando nos equivocamos en sus nombres o edades, o cuando se nos olvida hablar de la casa común (el planeta).

¿En qué dial y horarios se puede sintonizar Tardes Infantiles de Todelar?

Recibimos reportes de muchos lados del departamento de Nariño e incluso de otras regiones. De Bogotá sabemos que nos sintonizan por Real Audio. Estamos al aire todos los sábados de 12:30 p.m. a 3:00 p.m. en los 1010 del AM y en internet nos pueden escuchar entrando a www.todelarcali.com y eligiendo la opción La voz del Galeras.

¿Conocen proyectos similares actualmente en Colombia o en América Latina?

Buscamos mucho, al principio, el día del cuaderno buscamos por todos lados y encontramos una información muy valiosa en un portal que se llama Narrativa Radial donde se abordaba la experiencia de Luis Pescetti con un programa para niños, pero nada más. Nos encantaría conocer otros proyectos y que nos hablen de ellos.

¿Qué aprendizajes les ha traído el programa?

Aprendimos a hacer del programa una familia, aprendimos a hablar de temas complejos y hacerlos sonar sencillos (grooming —captación de niños y niñas por medio de Internet con fines sexuales—, padres divorciados, hermanastros, etc.) y lo más importante es que nos convertimos en apoyo para los papás, algo que no teníamos contemplado pero que nos motiva a seguir trabajando por esta gestión social en la que se convierte propiciar un espacio libre para que los niños exploren, comprendan y quieran su niñez.

¿Nos podrían compartir algunas recomendaciones para hacer radio de calidad para los niños?

Solo podemos decir que es mágico; te enamoras de ellos, les reconoces la voz cuando llaman, te encariñas cuando los escuchas, por eso es una responsabilidad gigante. Nuestra mayor recomendación es que siempre debemos capacitarnos y llevar personas idóneas para hablar de los temas escogidos. Que los niños aprenden muy rápido así que los abordajes deben ser formativos. Que debemos hacer estos trabajos con un profundo respeto entre compañeros y oyentes para transmitir ese mismo respeto a los niños aún cuando están en escenarios y momentos alternos en los que no participamos pero en los que queda el eco de lo bien aprendido y disfrutado. Nuestra gran recomendación es cumplir lo que prometemos: educar, recrear, informar.

¿Alguna anécdota en particular que quieran compartir?

Del programa nacieron unas escuelas de padres. No las cobramos, solo pedimos transporte y un refrigerio. Las hemos hecho en sectores deprimidos de Pasto y las propusimos para generar otros espacios en los que se trataran temas complejos en relación con los niños; los ilustramos con ejemplos y casos de la vida real. No las hacemos periódicamente, solo cuando nos lo piden y nuestro tiempo lo permite. Como caso especial les cuento que una vez en un taller con jóvenes sobre sexualidad, madres jóvenes y solteras, una chica se quedó charlando conmigo un rato largo, me hacía preguntas de todo tipo, desde el punto de vista religioso, científico, moral, en fin, yo me sentía un poco intimidada… incómoda en determinado punto. Sin embargo, fue gratificante su abrazo al despedirse; llorando me dijo que pensaba abortar pero que sentía que yo tenía la razón en lo que le había dicho. Fue tan cercano el encuentro que me fui helada a mi casa y aún en la noche pensaba en ella. Meses después nos dio la bonita sorpresa de una visita con su bebé en la emisora. Creo que ese bebé vale la pena, vale la pena su mamá, su comunidad, y todos los esfuerzos que hacemos por llegar a más personas, grupos, familias y niños.

En la página web del Sistema de información sobre la primera infancia de América Latina (SIPI) nos encontramos con esta entrevista realizada a Ofelia Reveco, educadora de Nivel Inicial, magíster en Ciencias Sociales y doctora en Educación, acerca de las dificultades que viven los niños al ingresar al sistema educativo.

Fuente: Sipi.siteal.org

¿En qué aspectos se evidencia una falta de articulación entre el nivel inicial y la escuela primaria?

La educación infantil y la escuela primaria se estructuran en torno a dos paradigmas que marcan grandes diferencias. La educación infantil ubica en el centro al niño, atendiendo a sus necesidades integrales, sus características y sus formas de aprender. Se asume que el niño necesita jugar, pues aprende jugando y haciendo, en la medida en que tiene libertad, autonomía y que comparte con otros niños de los cuales también aprende. Los principios fundamentales de este paradigma –cuyo surgimiento nos remonta a la figura de Comenius– se han ido enriqueciendo con los aportes de un conjunto de filósofos pedagogos, entre los cuales cabe mencionar a Montaigne, Rousseau, Fröebel, Pestalozzi, las hermanas Agazzi, Montessori, y -más recientemente- Dewey.

Por su parte, la escuela primaria –si bien ha ido mutando– responde a lo que se podría llamar paradigma tradicional, o racionalismo académico, donde el eje no es el niño, sino la materia y su contenido, lo que marca una diferencia sustancial.

El de la educación infantil es más abierto y flexible, no presenta un trazado de contenidos estrictos, formalizados y estructurados, sino que permite a cada comunidad educativa y a cada maestro adecuarse a los niños con los cuales trabaja, incluso al nivel de cada salón de clase, mientras que, por ejemplo, el currículum de la educación primaria se centra en los objetivos a lograr en cada materia. Aunque un buen maestro puede hacer adaptaciones para responder a las necesidades de los niños, este currículum es bastante más inflexible. En general, los docentes sienten la presión de cumplir con el programa de estudios y se apuran para incorporar todos los contenidos en el período lectivo.

Si bien el maestro de educación inicial aprende contenidos disciplinarios, de lenguaje, matemáticas, ciencias naturales y sociales, gran parte de su formación está orientada a comprender a los niños a través de la pedagogía y la psicología del desarrollo, la nutrición y otras asignaturas del área de la salud. A la vez, se trata de una formación abundante en plástica y música, con vistas a consolidar una gran caja de herramientas técnicas y profesionales que les permita hacer actividades para que los pequeños aprendan jugando, de forma activa, autónoma y libre.

En la formación del maestro de primaria, el énfasis está en los contenidos disciplinarios, perdiendo de vista que los recursos didácticos en plástica o música que más allá de del valor en sí del arte contribuye a enseñar mejor lengua o matemáticas o cualquier otra ciencia.

Desde la perspectiva de los recursos y los materiales didácticos, si entramos a una sala de infantil y a una sala de primaria fácilmente identificaremos dónde estamos. La sala y los espacios de la educación infantil suelen resultar más adecuados a los niños pequeños. Esa es la razón de las mesas pequeñitas que pensó María Montessori, los patios con jardines, incluso con pequeños huertos como propuso Fröebel, los recursos que invitan al descubrimiento, el trabajo con material de desecho que los niños traen y transforman, la idea de museo didáctico que aportaron las hermanas Agazzi. En la educación infantil, el mobiliario y el material didáctico se adaptan a los niños para que –autónomamente– puedan ir apropiándose de las propuestas. En la primaria, gran parte del material didáctico está conformado por libros de texto, cuadernos y lápices. Aquí reside otra de las grandes diferencias entre ambos niveles.

Al concluir el nivel inicial, se pasa abruptamente a un sistema en el cual todo es impuesto para los niños. La maestra dice qué tienen que hacer y en cuánto tiempo.

Teniendo en cuenta la primarización de la educación infantil en continua avanzada y los problemas de aprendizaje que se presentan en la educación primaria, resulta necesario emprender una transformación tendiente a priorizar la educación como un proceso humano.

Si se asume que la educación es un fenómeno que sucede entre seres humanos de distintas edades, se comprenderá que tanto los niños de preescolar como los de los primeros grados de la escuela primaria quieren jugar. En suma, para que no se generen quiebres tan rotundos, es necesaria una revolución paradigmática con vistas a que la primaria se “infantilice”.

¿Conoce experiencias latinoamericanas comprometidas con el desarrollo integral o con la incorporación de la corporalidad y la creatividad como medios para el aprendizaje en el nivel primario?

Ha habido proyectos que plantearon un mayor acercamiento en el modo de trabajo entre ambos niveles. En México conocí experiencias que se proponían incorporar la pedagogía de Montessori en la escuela primaria. También he visto propuestas de educación personalizada en la línea de Carl Rogers. Colombia y Chile tuvieron iniciativas interesantes en zonas rurales, introduciendo un paradigma distinto en el primario, que resultó muy bueno para los niños. En el caso de Chile cabe mencionar el P900, que se implementó en las 900 escuelas más pobres del país, y el Mece Rural. En Colombia se destaca el modelo Escuela Nueva, dirigido por Vicky Colbert, que actualmente opera como Organización No Gubernamental, priorizando líneas estratégicas que involucran la asistencia técnica y la investigación.

Sin embargo, muchos esfuerzos específicos no han tenido el apoyo político y económico necesario. De todos modos, gran cantidad de maestros de los primeros años de primaria están encarando su tarea de un modo distinto, mediante propuestas que invitan a los niños a trabajar autónomamente con su cuerpo, con su creatividad, pues así docentes y alumnos disfrutan más de la tarea. Son maestros que han generado lo que llamo “resistencia cultural en el aula”, tratado de componer un proyecto educativo distinto para la primaria.

Mientras que en la educación privada se pueden encontrar más iniciativas comprometidas con la incorporación de la pedagogía paidocéntrica –centrada en el niño y sus intereses– en la escuela primaria, cuesta encontrar experiencias de política pública que apunten a una mayor integración entre los paradigmas que estructuran a cada uno de los niveles.

Continúa leyendo esta entrevista en Sipi.siteal.org