Zorro+Conejo, es un laboratorio de arte y diseño para niños que propende por hacer visibles a los niños en los espacios públicos y sus lenguajes expresivos son el vehículo que utilizan para llevarlo a cabo. A través de experiencias participativas, diseñan dispositivos y objetos que encierran preguntas para que los niños las resuelvan o las reformulen dando origen a nuevas imágenes. La máquina de contar historias, con la que los niños pueden crear un gran relato colectivo retomando historias que empiezan otros, Máquinas de rayos X, que proponen potencializar la imaginación de niños y adultos, los formatos traslucidos, con los que pueden ver a través de las fachadas, identificar la ciudad y encontrar su identidad gráfica son algunas de las herramientas del laboratorio. También está El dibujo modelo, que es un momento del laboratorio en el que robots, dinosaurios, insectos, y hasta extraterrestres, con distintas geometrías y de materiales como cartón, papel, o pedazos de otros objetos, irrumpen en la experiencia, con el fin de ser retratados, modificados o definidos por los niños que a punta de papel y lápiz le dan forma.
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Plaza Sésamo tiene un nuevo personaje con autismo: Conoce a Julia
Plaza Sésamo es un show de televisión con más de siete mil capítulos. Su primera emisión fue en 1972 y desde entonces ha sido un referente en cuanto a contenidos infantiles se refiere. Para nosotros es una gran noticia saber que en 2017 han aprovechado la incidencia que tienen sobre tantas familias en el mundo para plantear conversaciones sobre este tema esencial para las vidas de los niños y el desarrollo de nuestras sociedades: el autismo, y con él, la aceptación de la diversidad.
Julia, una niña pelirroja y perteneciente al espectro autista, es el personaje que crearon para hacer visibles las características que hacen diferentes, pero igual de importantes, a los niños con condiciones diversas y discapacidad.
¿Qué es el autismo? “Para Julia significa que quizá no responda de inmediato”, dice Alan Muraoka en el capítulo de presentación de este personaje, que desde 2015 aparece en los libros de Plaza Sésamo y ahora también en las pantallas. Esta respuesta tiene mucho valor en tanto nos muestra que el autismo es una condición que implica comprender la diversidad como una amplia gama de posibilidades, por lo cual convivir con un niño autista exige amorosas dosis de atención, paciencia y comprensión. “A veces las personas con autismo pueden hacer cosas que parecen confusas para ti”, remata Alan al explicarle a Bigbird (el primo de Abelardo) cómo es que el aleteo de Julia indica que algo le gusta (lo cual le sucede también a Santiago, uno de los niños de nuestra comunidad) y aunque de entrada puede parecer extraño, es una oportunidad para que ellos encuentren cosas en común que fortalezcan su amistad.
¡Y para inventar nuevos juegos! Los conflictos que se presentan en el capítulo tienen que ver con las maneras de interactuar de Julia y cuando los personajes comparten actividades se ven frente al reto de incluirla, con sus especiales características. Esto, que podría generar rechazo o algunas restricciones, termina por añadirle diversión a los encuentros, porque la diversidad nos hace mejores.
Julia no habla mucho. A menudo no hace lo que esperan, como responder a un “¡Chócalas!” o contestar tan pronto le hacen una pregunta. A veces funciona repetirle las cosas, pero en general es mejor evitar presionarla; darle tiempo de contestar cuando se sienta cómoda, respetar sus espacios, permitirle que tome recesos si los necesita y conservar la calma en caso de que ella parezca perderla. Los ruidos fuertes y las situaciones nuevas pueden ponerla un poco inquieta, pero cuando los demás tienen esto presente las situaciones se resuelven pronto y entonces tienen chance de conocer lo divertida y creativa que es.
Como Julia hay muchos más. Según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC), 2009, la tasa mundial de Trastorno del Espectro Autista (TEA) o Autismo era de 1 de cada 110 niños, lo que nos muestra lo común de esta condición (cuyas cifras han ido en aumento) y lo imprescindible de conocerla, comprenderla y atenderla.
Este paso de Plaza Sésamo es muy valioso y así lo será que ustedes vean este capítulo en familia o con los niños con los que trabajan, así como considerar la diversidad para la creación de contenidos infantiles. Los invitamos a verlo, a contarnos qué opinan de esta noticia y a plantear a los niños conversaciones sobre la diversidad y la inclusión; en especial sobre los efectos que tienen nuestras acciones sobre las vidas de quienes comparten tiempo y espacio con nosotros. ¡Dejen abajo su comentario y compartan este enlace!
Jacana Jacana, música, arte y educación por nuestros ecosistemas
Jacana jacana es el nombre científico del gallito de agua o de ciénaga, un ave que se caracteriza por sus dedos largos y pico amarillo, nombrado así por los tupiés-guaraniés, pertenecientes a una de las principales familias lingüísticas de América del Sur, que usaban este término para referirse a un ave acuática muy ruidosa. Andrés Álvarez y Janni Benavides vieron a este pájaro en una de sus travesías por los ecosistemas del Caribe y encontraron que al igual que su origen su nombre era muy sonoro y que así podrían nombrar su proyecto de ecología, música, arte y educación: Jacana jacana.
Andrés y Janni, son dos músicos que con Jacana jacana le cantan a los ecosistemas del Caribe. Llevan trabajando en la exploración de la música tradicional y en talleres con los niños más de 15 años. Ahora a unos 650 metros sobre nivel del mar, y a 45 minutos de Santa Marta, en Minca, viven una vida tranquila y llena de música donde quieren sensibilizar y concientizar a los demás sobre la importancia de la ecología.
Su música está inspirada en los sonidos afrocolombianos, en el bullerengue, la gaita, la marimba y en el pensamiento indígena que está muy atado a la naturaleza. Comenzaron con la canción del bosque seco, luego de hacer unos recorridos de la mano de Juanita Aldana, bióloga y profesora de la Universidad del Norte, quien con su conocimiento apoya el proyecto.
“El bosque seco tropical, es un bosque especial
cuando llueve reverdece y cuando no, dormido permanece bajo el sol”
En Minca, hacen talleres con los niños una vez por semana. Es un espacio donde trabajan sobre todo las voces, pero también el aprendizaje de los instrumentos y el repertorio de Jacana jacana. Como Janni cuenta, trabajan desde el conocimiento. Que las personas sepan el nombre de los árboles, los animales, qué hacen, dónde viven y por qué hay que cuidarlos.
“Básicamente es lograr que las personas se enamoren de la naturaleza, conociéndola”.
Teniendo en cuenta este propósito construyeron una cartilla para colorear, con todas las canciones y la información de los ecosistemas y especies, que al final tiene unas hojas en blanco para que los niños construyan su propio diario de campo.
Una de estas experiencias fue en el Ecoparque en el corregimiento de Los Límites ubicado en zona limítrofe entre el departamento de Bolívar y el de Atlántico. Allí los niños del municipio de Santa Catalina y del corregimiento de Los Límites, unos 40 en total, cantaron para sus padres y demás miembros de la comunidad, un repertorio dedicado a la naturaleza, a los ecosistemas de esta región y las especies de fauna y flora que la habitan.
Canciones como El Tití cabeciblanco, El caracolí, los insectos, El matarratón, Los reptiles, El bosque seco tropical, El bosque húmedo, las ciénagas, los manglares, hacen parte del repertorio con el que llegan a los niños.
Actualmente trabajan en la segunda parte de Jacana Jacana y en la difusión de este trabajo al que ya se ha unido el Instituto Humboldt, con el que realizaron un concurso muy especial donde invitaban a los niños a cantarles a los bosques.
Después del Bosque seco, llegaron las canciones de los manglares que compusieron después de su visita a la reserva, ‘Vía Parque’ La isla de Salamanca, que permite al visitante contemplar bosques de manglar, ciénagas y playas excepcionales desde la carretera que comunica Barranquilla con Santa Marta.
Luego en Minca, en la sierra empezaron a desarrollar las canciones de bosque húmedo.
“Son casi tres canciones por ecosistema y la idea es seguir desarrollando un poco más cada ecosistema con más canciones y contenidos”.
Jacana jacana ya tiene nueve canciones nuevas, entre ellas una sobre la serpiente mapaná, que se considera peligrosa por su veneno y en la mayoría de ocasiones, las personas la matan.
El trabajo va mucho más allá de decir que hay que cuidar los ecosistemas y especies, con sus canciones, talleres y publicaciones, quieren que los niños, los adultos del futuro, sepan de la importancia y función de cada especie y hábitat.
“El Caracolí cuida las cuencas, La ceibas blancas albergan familias de monos aulladores, los insectos Polinizan, los reptiles y los felinos ayudan a regular plagas, las plagas arruinan cosechas” y sin insectos que polinizan ni animales que regulen las cosechas no hay alimentos y sin alimentos, no hay especie humana.
León David Cobo, el artista sonoro que revitaliza las lenguas indígenas
León David Cobo es un músico con los oídos bien atentos, su voz es suave y cuando habla parece que cantara, tiene una conciencia del mundo que lo rodea que se ha transformado a partir de los encuentros que ha tenido con más de trece comunidades indígenas. Es un artista sonoro, que teje en el encuentro con el sonido las narraciones que surgen de cada momento.
León David, quien es originario de Buga, Valle del Cauca, recuerda que el juego siempre estuvo presente en su infancia además del sonido. Le parecía una experiencia mágica grabar en cinta magnetofónica y en grabadora de casete, así como enseñar, oficio que heredó de su madre pedagoga. Siendo muy pequeño tuvo la oportunidad de estar frente a una consola de sonido, mientras giraba por el mundo con un grupo de teatro a cargo de las luces y el sonido. Cuando tuvo la oportunidad, eligió la música como profesión e hizo dos maestrías: la primera, en arte sonoro y en la segunda, diseño de sistemas musicales interactivos, las dos en Barcelona.
Recién se graduó de la universidad entró a trabajar al Ministerio de Cultura como formador artístico en el área de música en la Dirección de infancia y juventud. Allí trabajó en el Centro Interactuante para las Artes, con el Laboratorio de Experimentación Sonora para niños y en el área de música de la mano con el Coro infantil y juvenil de Colombia.
Más adelante fundaría el Laboratorio Loop Taller donde siguió trabajando con los niños en experimentación sonora. Hizo parte de Expedición Sonora junto al guitarrista Teto Ocampo, programa de Señal Colombia con el que viajaba a las regiones de Colombia a explorar un instrumento tradicional desde la perspectiva urbana, rural, así como su fabricación.
Terminando su segunda maestría, León David recibió una llamada del Ministerio de Cultura para proponerle crear la Audioteca, De agua, viento y verdor, proyecto del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), en el marco de la Política Pública de Cero a Siempre, que busca la revitalización de las lenguas indígenas en riesgo de perderse a través de divulgación de sus cantos, arrullos, relatos y costumbres.
Al tener más conocimiento del proyecto, este músico, productor y compositor propuso en una mesa técnica ir al territorio y trabajar con una comunidad piloto. “Trabajamos con los Kamëntša siguiendo un ruta pedagógica que diseñó Maritza Díaz, para establecer una relación con la comunidad desde el diálogo concertado “
Así nació la Audioteca, a la que se fueron sumando cada vez más pueblos como: Kamëntša, Korebajʉ, Embera Chamí, Sáliba, Kokama, Yagua, Awá, Ette Ennaka y Wiwa.
Según un diagnóstico que hizo Jesús Mario Girón, antropólogo y etnolingüista, hay 36 comunidades en riesgo de extinción de los 88 pueblos indígenas. “El panorama era aterrador. La lengua y la palabra configuran el universo. Como tú nombras el mundo, el mundo existe. Cuando una lengua se pierde, desaparece una manera de nombrar el mundo“.
Con la idea clara de acercarse a los niños desde la escucha, se fue construyendo la Audioteca, un tesoro lleno de narrativas distintas dispuestas a ser escuchadas, que él define como una ventana a una riqueza sonora, cultural, histórica y política.
La Audioteca, con sus paisajes sonoros incluidos entiende que el sonido del entorno, no puede ser limpio, representa el devenir, el cambio, la penetración cultural, que definen el momento presente.
“Si vamos a hablar de la música colombiana, en las músicas indígenas tradicionales se pueden encontrar muchos de esos sonidos propios que uno podría decir sonaban hace 300 años“
Este músico, etnógrafo, artistas, considera que es importante extender la Audioteca a todas las comunidades indígenas en riesgo de perder la lengua propia, la existencia de un mundo que se crea a través de una lengua, habla de la cultura ancestral, de la memoria y de la humanidad.
El sonido como dice este músico, siempre está narrando, el sonido es un registro, una huella, que se va depurando, curtiendo y enriqueciendo con el paso del tiempo.
“Ya muchas lenguas que hemos grabado dejaron de existir. Tres abuelos que hablaban la lengua se murieron. Ver morir una lengua es terrible y es real. Yo diría que la forma como los indígenas ven el mundo sin ser ellos mesiánicos, es viviendo en armonía con la naturaleza, los recursos y ellos mismos. Es una voz que tiene mucho sentido oír sobre todo en este tiempo en que nos estamos dando tan duro contra el planeta. Contra nuestros recursos, la minería ilegal, las fuentes hídricas contaminadas. Es paradójico que tengamos tanta información de sabiduría en la voz de los indígenas y nosotros no la podamos escuchar. La Audioteca te permite escuchar, es ese el ejercicio de escucha, que por supuesto te pone en crisis y como buena crisis es una oportunidad de entender que aquí en Colombia no solamente estamos nosotros que somos resultado de mezcla y mestizaje sino que también los indígenas estaban aquí antes que los españoles y tienen mucho para decirnos“.
TESTIMONIO / Internet para la inclusión: la experiencia de un niño autista en Maguaré
Soy madre de dos hermosos ángeles. Emmanuel, de 9 años, quien me ha enseñado desde que nació que el amor y los milagros se encuentran en cada respiro de las personas que tienes a tu lado y Santiago, de 2 años, un ser especial, hermoso, lleno de ternura, que me ha mostrado en este corto tiempo cómo el amor se disfraza de personitas que caminan y se esfuerzan por ser «como los demás».
Santiago tiene autismo y Emmanuel tenía una dificultad de integración sensorial cuando pequeño; ambos han pasado y pasan por muchas terapias. Todo esto ha hecho que como mamá busque herramientas que permitan que ellos se destaquen desde sus gustos y que busque por medio de las TIC medios para comunicarnos de maneras diferentes.
Acostumbramos a leer en familia, y por el placer que nos produce este hábito hemos empezado también a grabar comentarios de los libros que leemos, con lo cual la dicción de Emmanuel ha mostrado considerables mejoras. La iniciativa nació por la convocatoria Leer es mi cuento en vacaciones, del Ministerio de Cultura, con la cual invitan cada temporada de receso escolar a que niños de todas las edades envíen sus apreciaciones sobre los títulos que leyeron en ese mismo periodo. Emmanuel nunca ha sido seleccionado para llevarse los regalos que ofrecen a través de la convocatoria, y en parte pensamos que se trata por su dificultad para pronunciar, pero no nos importa. Siempre le digo que han escrito un email para decirnos que continúe y que va por buen camino para hacerlo cada vez mejor. A él le agrada mucho escuchar cuentos y leerlos a los niños.
A Maguaré lo conocimos a través del canal de televisión pública y cultural Señal Colombia. El año pasado atendimos una de las convocatorias que realizaron invitando a los niños a compartir sus dibujos y alguna de sus obras han vestido tanto el sitio web infantil www.maguare.gov.co como las redes sociales del proyecto. A Santiago no le agrada mucho sentir sus manos mojadas y esto es una situación relacionada con su autismo. Cuando lo ha hecho yo cuelgo sus obras de arte en una pared, así que las invitaciones de MaguaRED, la comunidad de cuidadores y familias que acompaña a Maguaré, han sido una buena oportunidad para explorar esta y otras actividades.También ha sido ideal para descubrir canciones; en especial los arrullos en ritmos autóctonos que tanto disfruta Santiago. Maguaré es una plataforma que recopila contenidos de calidad para conectar a los niños colombianos con su patrimonio y tiene bellas composiciones para acompañar el momento del sueño.
Otro de los contenidos que hemos compartido es la serie animada Guillermina y Candelario. Santiago mira los capítulos, no de manera fija, pero sus ojitos se inclinan un poco. Empieza a agitar sus manitos y esto me indica que está contento (él no habla, no fija la mirada).
La música que contiene Maguaré también es hermosa y a los dos les agrada, en especial la autóctona, sobre todo la del Grupo Malaquita. Yo le pongo las canciones y empezamos a tocar los instrumentos que tenemos: tamboras, sonajeros de semillas y un palo de agua. Santiago corre de lado a lado y en pequeños momentos nos mira, yo lo alzo y bailo con él y pasamos divertidos momentos compartiendo estos sonidos de nuestra cultura, que creo que todos deberíamos escuchar y heredar a nuestros niños.
También encontramos la aplicación Arma tu cuento, que propone una sencilla interacción por la cual los niños eligen tres elementos (un personaje, una acción y una locación) con los que es posible crear una historia. En semana santa Emmanuel le leyó algunos libros cortos a su hermanito y a propósito de la estructura de esta app que tanto nos gustó, decidimos hacer en madera un kamishibai o teatro de papel. Me ha parecido hermoso encontrar en su plataforma estas formas variadas de contar historias.
Cuando entramos a Maguaré no solo navegamos un portal web infantil gratuito; también pintamos, cantamos, bailamos, exploramos las artes, escuchamos historias y creamos las nuestras. Nos deleitamos con todo lo que publican para los niños allí y para sus cuidadores en la comunidad MaguaRED. Aunque Santiago es pequeño y está dentro del espectro autista, recursos como los suyos lo incluyen y le dan la oportunidad de realizar sus propias exploraciones y aprendizajes. ¡Nos encanta! Muchas gracias, de parte de todos en mi familia.
¿Les gustaría contarnos cómo usan nuestro portal en casa o en su trabajo con los niños? A nosotros nos encantaría conocer su experiencia. Por favor dejen aquí un comentario y/o escriban a maguaRED@gmail.com.
¿Qué opinan del uso de contenidos digitales para acompañar los procesos de niños con autismo? ¿Cuál de los contenidos mencionados por Claudia también han disfrutado ustedes con los niños?
Educación indígena propia y concepciones de arte
Hoy por hoy, la educación de las niñas y los niños indígenas del país ha tomado especial atención por su importancia en el proceso de empoderamiento de los 102 pueblos indígenas (Dato de la Organización Indígena de Colombia), para entablar relaciones de interculturalidad en términos de reconocimiento, respeto y equidad. Las prácticas educativas, las concepciones de infancia, de persona, de sociedad, del universo, las formas de construcción del conocimiento y los procesos de enseñanza y aprendizaje que los identifican, han sido dimensionadas como todo un sistema de pedagogías propias (SEIP).
Con respecto a la primera infancia el Estado colombiano progresivamente ha respondido a los derechos de los pueblos indígenas, legitimando el SEIP con la Comisión Nacional de Trabajo y Concertación de Educación para los Pueblos Indígenas, generando una política pública de atenciones especializadas y diferenciales, estableciendo una ruta de atención integral para la primera infancia (RIA), y por medio del programa Semillas de Vida. Los fundamentos de la Estrategia de Cero a Siempre se formulan como el soporte, que si bien reconoce las diferencias culturales y étnicas, cobija toda la educación de la primera infancia. El juego, la exploración del medio, la literatura y el arte son postuladas como actividades rectoras y por tanto deben ser contempladas en la educación propia y en la educación intercultural.
La breve reflexión que sigue se refiere a los desafíos implícitos al producir, aplicar y apropiar materiales propios, de acuerdo con las propuestas pedagógicas de cada pueblo indígena o en la educación intercultural, que rescaten y preserven la cultura y la cosmovisión, cuando se busca incluir el juego, el arte y la literatura a manera de actividades rectoras.
Es importante hacer algunas consideraciones iniciales acerca de la relación del juego en la niñez y el arte entre pueblos indígenas con la identidad cultural. En el juego los niños y las niñas aprenden y recrean la cultura, siendo una actividad potenciadora de la naturaleza socializadora del niño y la niña. Al considerarse como una de las formas más relevantes de lenguaje, de adquirir conciencia del ser y de la realidad en la infancia, fue presentada como propuesta interventiva en el aula por L. Vigotsky en El instrumento y el signo en el desarrollo del niño (1984), en la modalidad de juego de roles. Múltiples investigaciones transculturales han ratificado la cualidad universal del juego en la infancia, lo que en principio no plantea contradicciones con la educación indígena propia. Además del papel social del juego, el territorio del juego espontáneo de los niños y niñas de cualquier cultura, es un medio natural de alegría y goce en el que se construye mundo y lenguaje. El juego se constituye así como un “estado natural” de la infancia, que debe estar presente en la cotidianidad de los ambientes educativos de los niños y niñas indígenas.
Cuando se habla de la literatura y el arte como actividades rectoras entre pueblos indígenas aparecen sin embargo, varias paradojas que cuestionan el carácter universal de su concepción y de sus realizaciones. Las acepciones acerca del arte en el mundo occidental giran en torno a las expresiones que por medios visuales, sonoros, corporales, performativas, creación de artefactos o recientemente medios interactivos, expresan los sentimientos, percepciones e imaginación de un autor dado. La finalidad contemplativa, decorativa o comercial que se tienen del gusto, la belleza y, la fuerza emocional que transmite el arte son aspectos inherentes a la creación estética del mundo occidental. Aunque en el sentido amplio del arte se incluye la literatura, en las múltiples posibilidades de estas interpretaciones del arte, la literatura puede presentarse como una categoría de expresión aparte de las demás.
Para los grupos étnicos originarios de la Amazonía Colombiana, lugar en que he realizado mi trabajo etnográfico, las expresiones presentes en la cultura material e inmaterial, conforman el patrimonio cultural vivo. Los objetos, los relatos, los cantos y arrullos, la danza, las formas pictóricas, las modificaciones corporales (pintura corporal o facial, moldeamientos, perforaciones, tatuajes, entre otros) o diversas formas de dramatización, entre muchas creaciones, provienen de una forma colectiva de pensamiento y de la cosmovisión que está presente en el mundo mitológico y ritual, que se renueva en la vida cotidiana y en la educación propia.
La expresión artística toma la dimensión de lenguaje en la medida en que contiene morfologías, gramáticas, sintaxis y semánticas propias. A estos lenguajes se accede por múltiples vías, pero las más comunes están dadas por las posibilidades que nos brindan medios como el sonido, la luz, el cuerpo, el movimiento, la palabra y los objetos. Éstos elementos recogen los saberes propios y están presentes en las expresiones individuales y colectivas y, el hecho que existe un especial aprecio por las características estéticas presentes en la cultura material e inmaterial presente en diversas creaciones, permite hablar de lenguajes de expresión artística entre los pueblos amazónicos.
Sin embargo ello sucede también bajo una concepción propia del arte que dista del concepto occidental. El significado presente en el uso cotidiano y ritual de los objetos u otras expresiones estéticas, se diferencia de lo que se concibe como arte en el mundo occidental. En los objetos y demás expresiones artísticas hay un sentido sacro. En ellos están presentes la construcción misma del cosmos y de la humanidad; ellos señalan formas de relación entre las personas, con la naturaleza y con los ancestros. Por ejemplo, el saniro (soporte tejido) sobre el que se colocan diferentes tipos de vasijas contiene los huesos del cuerpo de quien creó el mundo. En el diseño del tejido de un balay (canasto), en las pinturas de bastones que acompañan la danzas rituales o en aquellas de la maloca (originalmente casa de habitación), más que representados, están presentes los ancestros mismos, muchas veces vistos en rituales por medio del yagé.
En la creación de los objetos se comparte un conocimiento colectivo, que incluye técnicas y experticia y, en las que se resaltan las habilidades del autor. La persona que construye dichos objetos y expresiones pone su saber y su ser al servicio de la renovación de lo sacro en la vida cotidiana y en los eventos extraordinarios.
En las concepciones y prácticas integradas del ser y de la vida de la educación propia, se desarrolla una dimensión personal-social y cognitiva que privilegia lo colectivo sobre lo individual, fundada en un sentido profundo de la existencia, en una noción de naturaleza y la interacción que se establece con ese orden del universo y con la cosmovisión de los pueblos indígenas.
En esta línea de planteamientos cabe la pregunta acerca de qué concepción de arte se está tomando en la educación de la primera infancia y cuál se requiere para mantener coherencia con las pedagogías propias y la educación intercultural. Entre los desafíos a tener en cuenta, se necesita dar lugar al goce, la imaginación y la creación individual, sin fragmentar el sentido de lo colectivo, es vital reconocer y respetar una dimensión de integralidad basada en la cosmovisón y es menester no caer en jerarquías colonizantes del arte como lo que se ha conocido como “arte primitivo” o la reducción a la manufactura presente en las artesanías o manualidades.