Por: Lina Salas Ramírez – MaguaRED.
Para todo barranquillero que se haya resignado entre los años 90 y 2000 a percibir el centro de la ciudad como un lugar gris y turbio, visitar el Parque Cultural del Caribe es literalmente ver la luz. Este complejo de más de 20.000 metros cuadrados le dio una nueva cara al Centro Histórico de Barranquilla y obligó a abrirle espacio a la cultura desde la infraestructura hasta las vías, el alumbrado y las percepciones de los ciudadanos. Llevar a tus hijos será, más allá de la evidente experiencia de aprendizaje, un acto de esperanza, amor y respeto por la capital del Atlántico y todo el mágico Caribe.
Deben saber que el parque en su primera etapa comprende varias instalaciones; la principal es el Museo del Caribe y las complementarias, la Biblioteca Infantil Piloto del Caribe, la Mediateca Macondo, especializada en la obra de Gabriel García Márquez; una Sala Múltiple, una gran Plaza Pública con teatro al aire libre (ocupada a menudo con buenos eventos culturales), zonas de juegos infantiles y zonas verdes.
Hablemos del Museo.
Este es el primer museo del país que se especializa en una región. Es una exposición permanente sobre la naturaleza, la historia y la multiplicidad sociocultural del Caribe colombiano, que fortalece sus relatos con el atractivo de la tecnología. Asumiendo que irán acompañado por sus niños, les explicamos que lo recorrerán desde el sexto piso hasta el primero, así:
- 6. Sala Gabriel García Márquez: Llegan a un lugar oscuro en cuyas paredes y techo se proyectarán fragmentos de las más reconocidas obras de Gabriel García Márquez, acompañadas de animaciones que seguro atraparán la atención de los menores. No es lo mismo ver el cuadro plano habitual de un video beam, que estas luces y sonidos que envuelven para atraparlos entre las letras de uno de los más poderosos juglares de la tierra caribeña a la que están a punto de adentrarse. Y cuando se encienda la luz, ya verán cuántas partes de Gabo salen a mostrarse.
- 5. Sala de la Naturaleza: Esta es la gran enciclopedia que habrías soñado mientras hacías tus tareas en la escuela. Todo sobre la geografía del Caribe y sus particularidades ambientales se condensa en videos, imágenes en alta resolución y completos textos que los explican. Así que como salida pedagógica de la clase de Ciencias, Geografía o Historia, funciona perfecto.
- 4. Sala de la gente: Es tal vez la que más les gustará a los hijos y alumnos; ¡a mí me fascinó! Llegan y se topan con una enorme estructura alegórica de las casas ceremoniales de los arhuacos en la Sierra Nevada, les dicen que no hay problema si sacan sus celulares para grabar o tomar fotos y los invitan a entrar de a uno para rodearse de las palabras de los mamos que en ikün explican el deber de cuidar la naturaleza y nuestra profunda relación espiritual con ella; hablan de su condición de hermanos mayores por haber empezado antes que el “hombre blanco” a conectarse y trabajar para ella. Una fuerte luz cenital cambia de color y pueden imaginar que hacen parte de ese ritual en el que se adquiere el conocimiento sobre la esencia del mundo.Salen y es hora de cocinar. En una amplia mesa redonda a la altura perfecta para que los más pequeños puedan participar, aparece una proyección interactiva que les muestra cómo preparar los platos más representativos de la región. A medida que eligen los ingredientes correctos tocando la mesa y arrastrándolos a la olla, podrán leer historias sobre estos alimentos y las formas por las cuales llegaron a Colombia.Luego tendrán opción de asomarse a la vida de las comunidades afro e indígenas de la región. Se mete la cabeza en un visor hecho de fique y en una pantalla ubicada al fondo se reproduce el clip elegido.Al final llegarán a una pared con vidrios por lado y lado. Podrían turnarse en parejas para que uno se ubique en cada extremo y en la cara del primero se reflejen proyecciones a través de espejos mientras el otro observa o fotografía cómo cambia el color de su piel. Ya verás cómo a tus niños les gustará hacer muecas y reír con los resultados.
- 3. Sala de la Palabra: Deléitense con fragmentos de obras hechas por los mejores escritores caribeños y váyanse antojados de leer alguno de sus libros. Conozcan las palabras más raras pero dicientes de la jerga costeña y de paso tómense una foto en el mural señalando la que más les guste. Entre la Sala de la Palabra y la siguiente verán un pequeño cuarto que guarda fotografías y relatos sobre las migraciones que se dieron desde Europa y Oriente hasta nuestras tierras, haciendo inevitable el mestizaje que hoy reviste a un Caribe multicolor y multiétnico, de rasgos variados y extraordinarias mezclas de sabores.
- 2. Sala de la Acción: Pese a la triste ley de “mirar y no tocar”, los niños podrán tener contacto con objetos que tal vez de otra forma no conocerían: teléfonos de disco, viejos instrumentos musicales, máquinas de escribir, azadones, recipientes, partes de medios de transporte, etcétera. Saca provecho de la nostalgia y el orgullo que amerita para lanzarte a contar divertidas historias que les muestren cómo era la vida de antes. Seguro, si los motivas, ellos también tendrán mucho para imaginar y narrar.
- 1. Sala de la Expresión: ¡A bailar! Encontrarán un enorme salón donde moverse sin restricciones e interactuar con los personajes que aparecen en tamaño real sobre las paredes para llenar de la música tradicional todo el recinto.
Pasar por Barranquilla sin conocer el Parque Cultural del Caribe es irse sin reconocer los pasos agigantados que va dando la ciudad en materia de cultura, además de perderse una experiencia única en su tipo en el país diseñada para conectar a públicos de todas las edades con la esencia del ser Caribe. Lleven a sus niños para compartir con ellos lo que puede ser una inolvidable experiencia que los enamore de la región y siembre en ellos la conciencia de que somos lo que nuestros ancestros nos heredan, así como lo que decidimos construir con esos tesoros.
No olviden que estos espacios culturales se mantienen vivos con el interés de quienes los visitan. Vayan, inviten a sus amigos, lleven a los extranjeros y paisanos, ¡y comenten qué tal estuvo!
