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“La expresión visual y plástica constituye una posibilidad tangible que permite dar forma a lo intangible: a lo que se siente, se piensa, se imagina e incluso a lo que se teme, ya que al pintar, modelar o dibujar emergen ideas, sentimientos e imágenes, las cuales contribuyen a la creación de mundos posibles y personajes salidos de la fantasía y de la imaginación de las niñas y los niños”. Ministerio de Educación Nacional, El arte en la educación inicial.

Cuando niñas y niños en la primera infancia viven experiencias relacionadas con la expresión plástica y visual, tienen la oportunidad de descubrir y disfrutar de diversas sensaciones, experimentar a partir de las posibilidades que les ofrece su cuerpo y explorar distintos materiales. En este camino comienzan a descubrir, imaginar y crear con sonidos, texturas, olores, formas, colores, sabores, objetos, entre muchas materias más. El espacio y el tiempo se transforman, se construyen y se convierten en escenarios para encontrar nuevas maneras de expresarse y comunicarse a través de los lenguajes de la artes plásticas. Así, se generan otras formas de relacionarse consigo mismos, con otros niños y con sus adultos significativos.

Una de tantas posibilidades que existen para que bebés y niños gocen de experiencias creativas y sensibles a través de las artes plásticas y visuales, está relacionada con la exploración del entorno y la contemplación de la Naturaleza. Por ejemplo, las ondas que produce una gota de agua al caer, los cambios lumínicos que ocurren cuando el sol interviene la lluvia, la transformación de un material cuando se acerca al fuego o las variaciones que experimentan las nubes con el paso del tiempo. Observar los acontecimientos, registrar las emociones, inspirarse en ellos para producir algún relato, poema, dibujo o incluso representar lo visto, son algunas de las oportunidades de creación que pueden surgir tras el contacto con aquello que nos rodea.

¿Cómo poner manos y manitos a la obra? A continuación te recomendamos 5 experiencias para compartir con los niños inspiradas en la Naturaleza:

1. Agua y anilinas de colores

Para esta experiencia puedes utilizar un frasco de vidrio con agua, una cartulina blanca para poner detrás del recipiente y ver mejor lo que ocurre, y anilinas líquidas o vegetales de diferentes colores. Incluso puedes intentarlo con colorantes de alimentos como el “Color” que tiene aspecto naranja. Cuando los colorantes tocan el agua comienza una increíble danza de formas que atrapa la atención e invita a la imaginación.

2. Historias de arena

Jugar con la arena del parque, de la playa o con la tierra del jardín también son posibilidades para el encuentro con la expresión plástica. Las formas que se pueden crear con este material como las huellas al pisar, los caminos marcados con un palo, las montañas, castillos, agujeros y túneles, tienen un valor especial para los niños porque pueden transformarlas permanentemente. Por ejemplo, trazar formas con arena sobre una mesa de luz o moldearla para crear esculturas.

Muchos artistas alrededor del mundo han trabajado con la arena como materia expresiva. Así mismo, algunas comunidades indígenas tienen entre sus tradiciones los dibujos en la arena. Un ejemplo de ello son las tribus de Vanuatu, un país ubicado en Oceanía.

3. Cometas al viento

Una de las formas más divertidas para disfrutar del viento es sin duda elevar cometa y el acercamiento a la plástica inicia con la elaboración de este divertido juego tradicional que une a las familias: elegir los materiales, escoger los colores, construir el modelo seleccionado y por supuesto, hacerla volar. La experiencia continúa al reconocer los movimientos de la cometa, identificar la fuerza que el viento ejerce sobre ella y observar la variedad de formas de los distintos modelos. Aprovechando el viento se pueden elaborar diferentes dispositivos como banderas, veletas, móviles y todo lo que se les ocurra para hacer visible lo invisible: el aire.

4. Los colores de la luz

¿Sabías que es posible crear colores utilizando la luz? Para ello puedes tomar algunas linternas, papel celofán de diferentes colores y cinta pegante. Fija un papel de color en cada linterna, oscurece un lugar y proyecta este juego de luces de colores en diferentes direcciones. Verás cómo al sobreponerse se producen nuevos tonos. También se pueden crear figuras de colores usando discos compactos (CD): cuando en un lugar oscuro los expones a una fuente de luz amarilla por su costado más brillante, producen una cantidad de figuras llenas de colores que se entremezclan entre sí. Y si pones un poco de jabón líquido y azúcar y soplas suavemente por el orificio central del CD puedes producir unas coloridas bombas de jabón.

5. El Landart o Arte terrestre

El arte terrestre es una corriente de las artes plásticas contemporáneas, surgida durante los años sesenta en Estados Unidos, en la que se utilizan los materiales de la Naturaleza para la construcción de las obras: ramas, piedras, tierra, viento, hojas, agua y fuego. Estas creaciones se trabajan y exponen al aire libre —generalmente en el mismo lugar en el que se obtuvieron los materiales—, lo que hace que se sometan al paso del tiempo y a los cambios de clima, convirtiéndose a su vez en piezas de arte efímero que buscan conmover a los espectadores. ¿Te imaginas todo lo que pueden crear los niños con los elementos de su entorno?

“Los materiales para la expresión visual y plástica pueden ser tantos como se desee: una hoja de un árbol, semillas, telas de colores, arena, tizas o arcilla, entre otras, pueden desplegar un sinnúmero de posibilidades expresivas. El uso, o lo que podríamos llamar modos de hacer”. Ministerio de Educación Nacional, El arte en la educación inicial.

¿Qué otras posibilidades de creación con la Naturaleza se te ocurren? Compártelas en los comentarios 🙂